A diario muchas personas viven experiencias desgarradoras gracias a los desafíos constantes que trae la vida misma, pareciera que la traición, la violencia y la desesperanza gobernaran por sobre todo en el mundo. Sin embargo, y sin entrar en negación o ceguera irracional, si logramos ver más allá de este panorama desolador, podremos ver como un mensaje poderoso y empoderante se fortalece si damos importancia al sacrificio y resiliencia que demostramos por nosotros y por aquellos que amamos.
Es fácil darle cabida a la desesperanza y a sentir que no hay salida, numerosos textos ratifican esta idea, en la que debemos dar por sentado que la vida será dolorosa, aceptar la maldad, la mediocridad, la violencia y la corrupción, no debe confundirse con resignación, mira a los ojos a alguien que ames y verás como todo por muy perverso que parezca se vuelve insignificante, la medida del amor siempre será mayor y superior que cualquier otra cosa.
Este amor sin medida, amor incondicional, alimentado de sacrificios silenciosos, como el de un padre que trabaja incansablemente o una madre que permite que su fe transcienda más allá de lo que sus ojos ven, deben ser un recordatorio de que a pesar de las dificultades, siempre hay personas que se esfuerzan por darnos una vida mejor o que siempre tenemos alguien por quien esforzarnos y construir una vida mejor.
Poder ver más allá de aquella negatividad que intenta imperar por sobre todo, incluso gobernar nuestras mentes y pensamientos, es posible si direccionemos todo ese poder guardado en cada uno de nosotros, para agradecer a quienes nos han brindado, sin esperar algo a cambio, una plataforma para construir nuestras vidas, agradecer y reconocer terminan generando aquella inercia invisible que te potencia a ti y a mí, para con fortaleza enfrentar la siguiente batalla.
Siempre una canción…
Por ti – 1280 Almas